Simbólicamente la tierra nos habla de maternidad y de fecundidad, aunque este mensaje no tiene por qué ser tomado de forma literal, sino teniendo en cuenta lo que la tierra supone de madre que nos sostiene y alimenta. Por ejemplo, soñar con una tierra rica y fructífera puede ser augurio de fecundidad en el sentido económico. Si nos vemos arándola el sueño nos puede estar señalando la necesidad de trabajar con ahínco sobre algún asunto que tengamos en mente. Cosecharla indicaría que el éxito llegará pronto, y si en nuestro sueño nos vemos impedidos para trabajar esa tierra, se puede entender que el tema que nos preocupa no es adecuado para nosotros. Algunos autores también indican que la tierra puede simbolizar en nuestro inconsciente, la figura de un ser querido.